Rosa Ramos: "El intrusismo en Psicología pone en riesgo la salud de las personas"

28 Ago 2023
Rosa Ramos, decana del Colegio de Psicología de Navarra.

Rosa Ramos: "El intrusismo en Psicología pone en riesgo la salud de las personas"

Rosa Ramos analiza los peligros para los usuarios de recurrir a personas que aseguran estar capacitadas para atender los problemas relacionados con la salud mental pero que no cuentan con ninguna acreditación.

Rosa Ramos Torío, decana del Colegio de Psicología de Navarra y vicesecretaria y coordinadora de la Comisión del Ejercicio Privado, de Defensa de la Profesión y contra el lntrusismo del Consejo General de la Psicología de España, pone es­pecial énfasis en la necesi­dad de atajar el intrusismo en Psicología porque, como advierte, la presencia de personas no tituladas o colegiadas para tratar la salud mental afec­ta a la seguridad del propio usuario. En este sentido, recuerda que no existen palabras mágicas ni solucio­nes rápidas para atajar los problemas psicológicos y recomienda consultar los ca­nales disponibles para com­probar que el especialista está cualificado para ejercer, ya que solo así se puede ga­rantizar una buena praxis. 

- ¿Cuál es la función de un psicólogo y como contribuye el trabajo de este profesional a la salud mental de las personas?
Los profesionales de Psicología ofrecemos recursos y herramientas a las personas para recuperar el equilibrio emocional perdido por la multitud de estresores vitales a los que nos exponemos. Además, establecemos sistemas de intervención efica­ces según la evidencia científica, para trabajar distintos síntomas y trastornos que afectan a la salud mental y para promover el bienestar psicológico. Favorecemos que las personas recuperen el control sobre su vida y resuelvan sus estados de desajuste personal, a través de intervenciones coste-efi­cientes que, a diferencia de los psicofármacos, son efi­caces a medio y largo plazo y no tienen efectos secunda­rios, como una adicción. Somos imprescindibles no solo para atender la sa­lud mental, sino también para la asistencia en orga­nizaciones, hospitales, co­legios, centros deportivos, servicios sociales, juzga­dos, emergencias, etc., ya que nuestras valoraciones diagnósticas individuales y de contextos, seguidas de nuestras intervenciones psi­coterapéuticas, favorecen el desarrollo de las personas y su ajuste. Y, por último, suponemos un gran ahorro económico contribuyendo a reducir las bajas laborales por depresión, estrés y an­siedad, garantizando recur­sos de afrontamiento para funcionar adaptativamente.

- ¿Cómo ha afectado el au­mento de la demanda de servicios de atención psicológica y el mayor reconocimiento social de la salud mental a esta especialidad?
Nuestra presencia en las de­mandas asistenciales de la población se ha incremen­tado tras la pandemia, pero la carencia de recursos en la red pública ha sobresatura­do y aumentado las listas de espera. Algo que también ha afectado a la asistencia psi­cológica privada, que se ha visto desbordada por igual y, en consecuencia, ha favo­recido el caldo de cultivo para la proliferación de falsos psicólogos y psicólogas. Esta situación ha puesto de manifiesto la importancia de incorporar psicólogos en Atención Primaria que, al ser considerada la primera puerta de entrada, podría ayudar a resolver el 40% de los problemas emocionales que el médico se ve obligado a atender, sobre todo, con psicofármacos.

- ¿Por qué le parece tan im­portante perseguir el in­trusismo laboral?
Fundamentalmente, para proteger al usuario. El intru­sismo, que se define como el hecho de que una persona sin cualificación, titulación y/o competencias trabaje en una determinada área o campo poniendo en riesgo a los usuarios, es una reali­dad en las profesiones sani­tarias. Aunque se trata de un problema que se ha denun­ciado de forma continua, los apoyos por parte de la admi­nistración son insuficientes. Necesitamos actualizar las leyes de publicidad sa­nitaria, especialmente en el ámbito digital, dada la falta de regulación legal en las ofertas online. El usuario recurre a personas que di­cen estar capacitadas para atender los problemas rela­cionados con su salud men­tal sin comprobar el número de colegiación, el título oficial y la autorización del centro sanitario para tal ejercicio profesional. En el ámbito de la salud mental, debería estar perseguido porque no son profesionales de Psicología o Psiquiatría, no están avalados por ninguna comunidad científica ni sujetos a un código deontológico que vigi­le la buena praxis y proteja al usuario.

- ¿Qué riesgo corren los pacientes que optan por una pseudoterapia o re­curren a profesionales sin cualificación?
En primer lugar, la ausen­cia de mejoría, la pérdida de esperanza para poder controlar dicha situación de sufrimiento emocional, la cronificación de un estado que puede desembocar en decisiones graves para sus vidas, desajustes psicológi­cos que derivan en ingresos psiquiátricos, acabar en manos de gurús o grupos secta­rios y, en última instancia, un riesgo para su vida. Las pseudoterapias son reclamos sobre las necesi­dades de la sociedad actual, la mejora de la autoestima, el crecimiento personal, la construcción de una ima­gen positiva de sí mismo, así como ofertas cercanas a la literatura de la autoayuda o propias de prácticas reli­giosas como el chamanismo. En definitiva, una multitud de ofertas que nada tienen que ver con nuestro trabajo serio, riguroso y sujeto a los avances de la ciencia. La ausencia de regula­ción y control en este tipo de ofertas, principalmente frecuentes en la red, oca­siona que muchas personas caigan en manos de gente desaprensiva que han visto un filón en la salud mental.

- ¿Qué señales pueden aler­tarnos de que estoy frente a alguien que no es un pro­fesional y no tiene compe­tencias para intervenir en aspectos psicológicos?
Siempre que alguien se ofrezca a tratar cualquier problema psicológico de­bería mostrar su titulación. No obstante, la alarma salta especialmente cuando ofre­cen una "terapia holística", "cromoterapia", "coaching transformacional", "tera­pias transpersonales o bio­energéticas", tactoterapia, etc. para abordar síntomas de ansiedad, depresión, baja autoestima, soledad, problemas alimentarios... En esos casos, debemos ase­gurarnos de que es psicólogo y tiene una titulación que avale sus intervenciones.

También hay que estar alerta cuando la persona siente que está en manos de alguien que parece tener el conocimiento mágico, con un halo de palabrería, pero que no le ofrece un diagnóstico ni herramientas para resolver sus pro­blemas o mejorar su estado psicológico. O cuando el usuario no avanza en su recuperación o establece estilos de creencias sanadoras que están sujetas a teorías esotéricas, es decir, la ayuda va acompañada de símbolos o aditivos que no aportan un conocimiento serio y riguroso del comportamiento humano.

El riesgo no aparece úni­camente como consecuen­cia de las metodologías que se usan, sino cuando alguien sin capacidad, co­nocimiento y competencias realiza intervenciones de cualquier tipo para las que no está cualificado.

- ¿Se podría afirmar que las pseudoterapias actúan como un placebo?
- Puede que en algunos casos ejerzan un efecto placebo, pero si la persona necesita ayuda psicológica, en la mayoría de los casos, es perjudicial por una ausencia de resultados o un empeoramiento de los síntomas.

- ¿Por qué es importante reconocer la labor de los profesionales colegiados en la sociedad?
- Los profesionales de Psi­cología colegiados están sujetos a un código deontológico que protege al usuario de una mala praxis. Favorecen el reciclaje y la formación continuada de los psicólogos y ayudan a la sociedad a que estos profesionales se puedan acreditar en aquellas for­maciones que dicen tener conocimiento. Además, prestan servicios rigurosos y de calidad a las personas que están en una situación de vulnerabilidad.

- ¿A qué tipo de herramien­tas pueden recurrir los usuarios para elegir correctamente a un psicólogo?
- El usuario puede exigir el número de colegiado y comprobar que los títulos o especialidades con las que se presenta son oficiales. Además, todos los Colegios Oficiales de Psicología de España y el propio Consejo General de la Psicología cuentan con buscadores de profesionales que tienen la garantía de estar colegiados. Pueden localizarse en www.buscopsicologo.es.

- ¿Existen las fórmulas mágicas o las soluciones rápidas y fáciles en el campo de la Psicología? ¿Cómo impacta la difusión de es­tas soluciones entre per­sonas vulnerables?
En las cuestiones que tienen que ver con la Psicología y la salud mental no existen milagros ni píldoras o solu­ciones rápidas. Requiere de un trabajo de análisis y de ayuda a las personas para cambiar ciertos hábitos de pensamiento y maneras de actuar, que son los que les llevaran a recuperar el equilibrio emocional perdido. En muchas ocasiones, hay que intervenir con otros agentes que rodean a la per­sona y que forman parte del conflicto para que esta vea que la vida puede dirigirse de otra manera y así retomar su proyecto vital. Cuando nos desbordan las situacio­nes, hay que saber muy bien por dónde empezar a pro­ducir cambios, y eso es un trabajo de análisis y toma de decisiones costoso.

- Como profesional de esta disciplina, ¿cuándo deter­minaría que una persona debe acudir a terapia?
Cuando la situación emo­cional va acompañada de un alto nivel de sufrimiento, no nos podemos hacer cargo de las obligaciones cotidianas y el hacer frente al día a día se ha convertido en un es­ fuerzo superior a los recur­sos que tenemos. Cuando aparecen síntomas como pérdida del sueño, aumento de la irri­tabilidad emocional alta, llanto frecuen­te, aumento de conductas adictivas, disminución de vitalidad o pérdida de inte­rés, aislamiento o deterioro de nuestras relaciones so­ciales; en estas situaciones conviene ponerse en manos de un profesional de Psico­logía cualificado.

- En el caso concreto de que alguien se esté plan­teando esta posibilidad, pero aún no se atreva a dar el paso, ¿qué le diría para empujarle a tomar esta decisión?
- Muchas veces, cuando las personas nos sentimos des­bordadas, vamos eligiendo caminos o tomando deci­siones equivocadas. Ahí le diría que se puede recon­ducir y reaprender a diri­gir nuestra vida y emocio­nes de manera adecuada. Los psicólogos aportamos nuestro conocimiento para que la persona pueda diri­girse de manera adaptativa y acompañarla en ese pro­ceso para ayudarle a vencer las dificultades.

- Y si es el entorno más cer­cano quien observa esta necesidad, ¿cómo le recomendaría actuar?
- Animando a la persona a validar lo que le pasa y sugi­riéndole que acuda a ayuda profesional. Todos necesita­mos ser ayudados en algún momento de nuestra vida y, para que se produzcan cambios, hay que recono­cer nuestras limitaciones y dejar que otros nos ofrez­can los recursos necesarios para aliviar el sufrimiento que nos invade.