Joaquín de Paul: “El sistema de protección infantil falla porque no rinde cuentas”

04 Abr 2016
Joaquín de Paul Ochotorena

Joaquín de Paul: “El sistema de protección infantil falla porque no rinde cuentas”

El profesor de la Facultad de Psicología del País Vasco habló sobre las causas por las que, en su opinión, no funciona correctamente el sistema de protección a la infancia y la adolescencia.

El psicólogo Joaquín de Paul fue el encargado de abrir la participación de los expertos el pasado 12 de marzo en la I Jornada de Psicología de la Intervención Social celebrada en Pamplona. Su ponencia, titulada “Infancia y adolescencia en situación de desprotección. La importancia de las intervenciones preventivas tempranas eficaces”, no dejó indiferente a nadie, aunque él mismo ya resumió sus intenciones en una de sus primeras frases: “Soy pesimista con el sistema de protección a la infancia y tiendo a cuestionar algunas cosas”.  Hablamos con él de algunas de esas cosas que cuestiona.

- Corríjame si quiere, pero me da la impresión de que ha mostrado una perspectiva negativa sobre la situación de la infancia y adolescencia desprotegida. ¿Por qué?
- En una evolución de cero a diez, venimos de hace 20 años en que estábamos a cero, no había un sistema de protección infantil. Hoy tenemos un sistema mucho mejor que el que hay en muchos países del mundo, pero aún tenemos un sistema que no se puede equiparar con el británico, el holandés o el de los países nórdicos, en donde se dan las situaciones que yo he planteado como la intervención temprana y preventiva.

- ¿Cómo es el sistema actual?
- El sistema detecta las cosas, interviene, atiende… pero no es capaz de demostrar eficacia. El sistema sanitario sí lo hace. Cubre preguntas. ¿Cuántos casos han detectado sus programas de prevención de cáncer? El sistema te lo dice. En realidad yo solo he planteado en la ponencia qué es lo que está mal y cómo se puede mejorar.

- ¿Qué futuro tiene hoy en 2016 un menor que presenta unas características de desprotección?
- Si yo fuera uno de esos niños me enfadaría porque el sistema no me está dando la oportunidad que le puede dar si se aplicaran los procedimientos y recursos que en este momento existen en el mundo.

- Uno de los puntos sobre el que más ha incidido en su ponencia es la detección tardía de los casos de desprotección. ¿Por qué se da esta situación?
- Las situaciones de desprotección infantil comienzan a manifestarse cuando son muy graves. Muchos menores no constan hasta que no van a los hospitales con la cabeza rota. En estos momentos el 80% de los chavales que forman parte de los programas de protección infantil son víctimas de largas situaciones de maltrato psicológico, de incapacidad parental para manejar la conducta de los niños etc. Y la escuela, normalmente, no llama la atención sobre la conducta de estos niños hasta que no tienen ocho o más años. Muy tarde. Solo se puede detectar tempranamente cuando se va a buscar a la gente que tiene dificultades. Otro ejemplo: los niños de 0 a 3 años no son visibles para el sistema, salvo que vayan a la guardería.

- ¿Por qué no existe esa coordinación entre los centros sanitarios y los servicios sociales?
- Desde hace mucho tiempo se habla de la coordinación socio-sanitaria, pero esa coordinación no funciona. Son dos sistemas que hablan lenguajes diferentes y a los que les cuesta mucho ponerse de acuerdo. Ahora mismo, en general, un pediatra solo llama a los servicios sociales cuando se le presenta un niño con una factura de hueso. Pero la detección de situaciones de riesgo no se da. Y seguirá siendo así porque la sanidad y los servicios sociales, políticamente hablando, pertenecen a dos consejerías diferentes y no se ponen de acuerdo. Cada una va a lo suyo. Y seguirá siendo así si no se hacen esfuerzos sostenidos en el tiempo y cuando decidan los responsables más altos que se trata de una política de estado.

- ¿Y además de esa coordinación, qué otros mecanismos se podrían dar para mejorar en el día a día?
- Hay otro elemento fundamental: no se rinden cuentas de resultados. El sistema público de protección infantil no lo hace. El sistema tiene que rendir cuentas al ciudadano, exponer cuánto dinero está gastándose y qué está logrando. Por ejemplo: en el ámbito sanitario no es comprensible que un hospital no cure determinadas patologías. Si se diera el caso la gente protestaría y obligaría a reaccionar a los responsables. En protección infantil el usuario no protesta por los servicios que le das y el ciudadano no conoce estos recursos. Creo que las cosas no cambian porque no hay una exigencia de rendimiento de cuentas. Si existiera, se obligaría al sistema a demostrar eficacia.

- Esta exigencia de rendir cuentas, ¿funciona en otros países?
- Hay experiencias que intentan resolver estos problemas. Desde el año 2007 en el Reino Unido se aplica con carácter generalizado un programa de ayuda a la familia. Unas 15.000 mujeres reciben tratamiento ahora. En otros países como Holanda y Noruega existe también. Hay experiencias muy ilustrativas en otros estados que se podrían estudiar si se pueden aplicar aquí. Programas de intervención basados en la evidencia con muchos resultados. Pero la diferencia está en que en los países del norte de Europa se rinden cuentas y en los del sur no. Hace falta un cambio de cultura ciudadana y política, porque los primeros no exigen y los segundos no dan. Es parecido a lo que pasa en la educación en España. ¿Por qué todo el mundo sabe que la educación tiene grandísimos problemas y no los resolvemos? Cuando sabemos que hay un 30% de fracaso escolar…

- Otro elemento que ha expuesto en su ponencia es el excesivo tiempo que pasa desde que se comienza una intervención con un menor hasta que se concluye.
- Estamos acostumbrados a hacer intervenciones muy largas con objetivos inalcanzables. Es un tema más técnico. Por ejemplo, estamos habituados a no trabajar con el foco del problema sino con otros factores como la relación con la familia extensa, cómo se lleva con la abuela etc. Muchas veces con objetivos que no se pueden conseguir y se sigue, se sigue, se sigue… sin saber muy bien hasta cuándo. Lo ideal sería establecer unos programas personalizados, hacerlos bien y con una duración corta determinada desde el principio

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Javier Echávarri