Joaquim Puntí: "Los adolescentes no siempre disponen de las habilidades necesarias para tolerar el malestar emocional que sienten"

31 Mar 2022
Joaquim Puntí: "Los adolescentes no siempre disponen de las habilidades necesarias para tolerar el malestar emocional que sienten"

Joaquim Puntí: "Los adolescentes no siempre disponen de las habilidades necesarias para tolerar el malestar emocional que sienten"

El psicólogo Joaquim Puntí imparte el sábado 2 de abril la segunda de las sesiones del curso “Duelo, suicidio y autolesión en población juvenil” que ha organizado el Colegio.

Si la semana pasada Luis Fernando López impartía la primera de las sesiones del curso "Duelo, suicidio y autolesión en población juvenil", este sábado 2 de abril es el turno de Joaquim Puntí, psicólogo clínico y coordinador del Hospital de Día de Salud Mental de Adolescentes Parc Taulí de Sabadell (Barcelona). Hemos hablado con él sobre el tema que va a tratar con los inscritos.

- ¿Cuáles son los primeros síntomas que presentan los adolescentes antes de realizarse las primeras autolesiones?
En realidad no existe un síntoma concreto que permita establecer una relación causal, pero sí que se han identificado factores de riesgo personales, sociales y familiares. Entre los factores de riesgo personales, además del género y la edad, el principal es el temperamento (la desregulación emocional) y también la vulnerabilidad al afecto negativo y al estrés. Entre los familiares, la historia de trauma en la infancia y el criticismo familiar. Entre los sociales, el tener amigos que utilizan la autolesión como una forma de identidad o de enfrentar el malestar o los problemas del entorno, así como tener percepción de poco apoyo social por parte de los iguales. Evidentemente, ciertas enfermedades mentales también predisponen a estas conductas como sería el caso del trastorno depresivo y los trastornos de la conducta alimentaria tipo purgativo.

- ¿A qué edad comienzan a presentarse más casos de jóvenes con ideas suicidas o con intenciones de autolesionarse?
Las autolesiones son propias de iniciarse en edades precoces de la adolescencia o preadolescencia (edad media 11-13 años), mientras que la conducta suicida es más propia de edades más cercanas a la adolescencia media (edad media 14-16 años). Las ideas suicidas pueden surgir a cualquier edad, una vez se ha desarrollado por parte del niño el concepto de muerte como un hecho irreversible y permanente (este aspecto suele suceder alrededor de los 9 años).

- ¿Qué motivos llevan a los jóvenes a buscar como solución autolesionarse?
Pueden ser diversos, pero identificarlos es clave en el tratamiento exitoso de las mismas. Estos motivos tienen en común el malestar emocional asociado. En ocasiones son reactivos a situaciones que activan pensamientos negativos sobre uno mismo (autocriticismo). Para enfrentar estos motivos, es importante identificar cuál es la funcionalidad de la autolesión ("¿que se persigue con hacerme daño"?): 1- regular una emoción negativa, 2 - búsqueda de apoyo social o instrumentalización del entorno, 3- búsqueda de identidad y significación social. En ocasiones puede ser una combinación de estas funcionalidades lo que motiva no sólo que se inicien las autolesiones, sino su mantenimiento.

- ¿Qué debe hacer una persona de contacto de estos jóvenes (familiar o amigo) cuando ve que hay riesgo de que se haga autolesiones?
Es importante en primer lugar preguntarse por si además del riesgo de autolesionarse, existen otros cambios en el estado psicológico (por ej. mayor retraimiento social, abandono actividades gratificantes, menos comunicativo, caída del rendimiento escolar, conductas peculiares o bizarras, ideas suicidas activas...). En estos casos donde se sospeche de un problema psicológico importante se debe buscar ayuda profesional preferente o urgente (según el caso). En todos los casos, se recomienda al amigo o familiar que valide el malestar emocional del adolescente y no lo minimice ("entiendo que en estas circunstancias te sientas como me describes"), pero por otro lado debe intentar seguir manteniendo una relación positiva con el chico en aquellos aspectos que les unen y le gratifica. No se debe tampoco minimizar la autolesión, se debe expresar la disposición de ayuda ("¿hay algo que pueda hacer para ayudarte a enfrentar estos momentos?") pero se debe evitar hacer de la autolesión del amigo el centro de las conversaciones y del día a día. En el caso de ser amigo de un chico que se autolesiona, se debe evitar ser cómplice del silencio y se debe informar al chico que si al autolesionarse se pone en riesgo la vida el amigo informará a los padres o profesores.

- Los padres de estos jóvenes, ¿suelen aceptar que hay un problema “en casa”?
Los padres suelen sentirse preocupados y desbordados, a veces culpables, así como expresan la incertidumbre de qué hacer y qué no hacer con su hijo. Es tarea de los profesionales desculpabilizarles, darles estrategias de afrontamiento y para relacionarse positivamente con sus hijos, empoderarles y ser concretos en cómo pueden ayudar a que sus hijos no hagan de la autolesión su forma de enfrentar problemas.

- ¿Se deben considerar a este tipo de personas como “enfermas”?
No. Los adolescentes que se autolesionan si no realizan estas conductas en el contexto de un trastorno mental no deberían ser tratadas como "enfermos". Hacerlo es estigmatizarlas y darles un rol que no favorece el cambio conductual. Esto no quiere decir no darles tratamiento, pero el malestar emocional es una experiencia común y estos chicos necesitan disponer de estrategias alternativas para sentirse bien, no de una categoría diagnóstica que les genera una autoimagen por lo general más negativa respecto a su capacidad de autoeficacia en salir de esa situación.

- ¿Cuáles son las principales autolesiones que se realizan?
En la adolescencia por lo general son cortes autoinfligidos de escasa profundidad y recorrido. También erosiones autoprovocadas por rascado de las uñas u objetos con el antebrazo o cualquier otra zona. En ocasiones más atípicas quemaduras autoinfligidas. En el caso de las conducta suicidas el método habitual es la sobreingesta medicamentosa.

- ¿Qué fases de intervención tiene que realizar el psicólogo ante una persona joven que se ha autolesionado o sopesa hacerlo? ¿Y ante un familiar que busca cómo ayudar?
El psicólogo debe realizar una buena anamesis y recoger toda la información biográfica del caso. Es especialmente relevante recoger los antecedentes de la conducta autolesiva ("¿Qué paso justo antes?", "¿Qué pensé justo antes?") y realizar un buen análisis funcional, que incluya precipitantes, desencadenantes, consecuentes y los factores de mantenimiento, para poder plantear por un lado alternativas a la autolesión en momentos de crisis, y por otro lado, trabajar estrategias y habilidades dirigidas a la tolerancia al malestar.

El familiar debe ayudar facilitando la expresión de emociones negativas de manera adaptativa, y propiciando un estilo relacional positivo con el adolescente, validando su malestar, interesándose por él y por sus habilidades, mostrando su apoyo incondicional, pero también responsabilizándole de las consecuencias de sus actos.

¿Cómo se debe tratar a los familiares/amigos de las personas que han logrado suicidarse?
Hay que ofrecerles atención psicológica, si la quieren, de manera inmediata; ayudándoles a elaborar el duelo, acompañándoles en el dolor de la pérdida y estando atentos a los pensamientos de culpa o a la aparición de ideas suicidas que puedan surgir. Hay que ayudarles a elaborar la pérdida y a ser capaces de reorganizar la vida y su futuro sin esa persona, respetando sus tiempos, pero evitando la autocompasión o el autocastigo como una forma de afrontamiento a largo plazo. También es positivo ponerles en contacto con asociaciones de supervivientes del suicidio, donde pueden encontrar un marco de referencia y un espacio de aceptación incondicional, donde no se sientan juzgados y puedan expresar su rabia, tristeza, enfado, etc... sin la presión social del otro y en un entorno de identificación en la pérdida.