Amaia Iturri: “No es malo que los niños sientan el aburrimiento y aprendan a gestionarlo porque así estimularán su imaginación”

19 Jun 2018
Amaia Iturri

Amaia Iturri: “No es malo que los niños sientan el aburrimiento y aprendan a gestionarlo porque así estimularán su imaginación”

Desde esta semana millones de niños en España comienzan sus vacaciones de verano. Una oportunidad para descansar, jugar más y olvidarse de los estrictos horarios escolares. Pero también un posible problema para los padres, que a veces tienen que resolver un puzle para encajar los horarios de trabajo con el tiempo libre de sus hijos. Visitas a abuelos, ir al pueblo, campamentos de verano, repartirse las vacaciones… Hablamos sobre este tema con Amaia Iturri, vocal del Área de Psicología Educativa de la Junta Directiva del Colegio de Psicología de Navarra.

Llega el verano y con él un parón en los colegios de casi tres meses. ¿Qué beneficios puede tener para los niños realizar un parón tan largo?
Está claro que durante las vacaciones de verano hay tiempo para dedicarlo a hacer muchas actividades, tanto nuevas como aquellas que durante el curso no disponemos de tiempo. Una de las actividades fundamentales que se deben realizar a lo largo de estos meses es la introducción de nuevos hábitos y responsabilidades en el hogar. Los más pequeños siempre deberán ser supervisados por los padres, pero los más mayores pueden ir realizando solos dichas conductas, dándoles así autonomía y mostrando confianza en ellos. Además, se dispone de tiempo suficiente para realizar todas aquellas actividades que, por falta de tiempo durante el curso, no se pueden realizar. Cada niño sabe qué actividades le gustaría realizar, es decir, qué tiene ganas de hacer. Solo hay que preguntárselo.

¿Es bueno para los niños separarse del día a día durante tanto tiempo? 
Los niños acaban el colegio muy cansados tanto física como mentalmente. Necesitan un parón y yo siempre recomiendo que hasta después de San Fermín (mediados de julio) no empiecen con las tareas de verano. Pero esto no significa que no deban tener obligaciones y responsabilidades de otro tipo durante las vacaciones. Los niños necesitan rutinas, estén en verano o no. Las obligaciones cambiarán de forma, pero deben continuar presentes en el día a día. Como he comentado anteriormente, en verano es un buen momento para ir introduciendo nuevas responsabilidades en casa que deben ir adquiriendo los niños conforme van creciendo.  Dependerá mucho de la edad, pero unos ejemplos de ellos son: empezar a vestirse solo, aprender a hacer la cama, hacerse solo la mochila de la piscina/playa, poner la mesa, aprender a fregar y a barrer, ir a comprar el pan, ayudar en la limpieza de la casa, llevar de paseo al perro…

¿Se debe establecer unos horarios ‘relativamente’ fijos para que sepan qué van a hacer durante el día?
Una vez pasado este primer mes (hasta mediados de julio) deberán retomar las responsabilidades académicas y continuar con las responsabilidades de casa. La pauta que siempre recomiendo es organizar un horario y pactarlo con los hijos, para que ellos nada más levantarse por la mañana ya sepan qué van a hacer a lo largo del día y así evitaremos confrontaciones innecesarias. Este horario puede ser una actividad a realizar semana a semana utilizando una cartulina y rotuladores, en la que sean ellos mismos los que diseñen su plan.

¿Qué actividades diarias deberían hacer?
Un ejemplo de horario de un día de vacaciones puede ser el siguiente: desayunar, asearse, hacer la cama y recoger la habitación, hacer un rato de tareas escolares y/o lectura, piscina, comer, ayudar a recoger la mesa, siesta, ir a salir a dar un paseo con los abuelos, cenar, ver una película en familia y dormir. Al principio hay que estar muy pendientes de que se lleven a cabo dichas actividades, pero poco a poco se irán interiorizando en el día a día de los niños y saldrán de forma natural.

¿Cómo se pueden organizar mejor las familias durante este tiempo cuando los padres tienen que seguir trabajando?
Como es evidente los niños no pueden estar solos durante el horario laboral de los padres, es por eso que, si ambos padres coincidieran en horario y en fechas de trabajo, la solución pasaría por contratar a una persona que pudiera cuidarlos. También pueden pasar tiempo con familiares o amigos. Sin embargo, esta opción debe ser algo puntual o tener una duración determinada como, por ejemplo, una mañana a la semana o unos días a lo largo del verano.

Además, existe la posibilidad de realizar talleres y/o actividades en asociaciones, en piscinas, ir a campamentos de verano o campamentos urbanos. En estos lugares los niños disfrutan al aire libre, conocen a otros niños de su edad y aprenden a desenvolverse solos frente a los contratiempos que se puedan encontrar.

¿Deberían los colegios (los departamentos de Educación de cada Comunidad) ofrecer algún tipo de alternativa durante algunas semanas?
 Es una alternativa muy positiva, sobre todo, en cuanto a conciliación familiar se refiere. Es un desahogo para los padres, quienes tienen la oportunidad de ir a trabajar dejando a los niños al cuidado de un adulto de forma muy económica. Además, los niños mantienen el contacto con sus amigos del colegio a lo largo del verano.

No obstante, esta alternativa debe estar enfocada en actividades de refuerzo académico (realización de tareas de verano) y en actividades físicas y lúdicas. Los profesionales que lo lleven a cabo deberían ser personas ajenas al centro y evitar que los alumnos vuelvan a estar con los profesores que han tenido a lo largo del curso. Por último, todo esto debe ser muy bien explicado a los niños, ya que pueden llegar a interpretar que en verano tienen que ir al colegio de nuevo y esto puede provocar rechazo, lo que dará lugar a conflictos en casa.

Según tengo entendido, esta iniciativa la han llevado a cabo en algún centro escolar de Pamplona y los padres han mostrado mucho interés y agradecimiento. 

De las actividades habituales que realizan durante el verano los niños, ¿hay alguna que sea especialmente beneficiosa? 
Por supuesto una actividad estrella en verano debe ser hacer ejercicio y hacer actividades al aire libre. Durante el curso pasan muchas horas sentados, primero en clase y después en casa, estudiando. En verano es momento de salir y activar el cuerpo.

Y, en contraposición a esta actividad, está el tiempo para aburrirse. Es muy importante que los niños sientan el aburrimiento y aprendan a gestionarlo. De esta forma estaremos estimulando la imaginación, puesto que buscarán alternativas para no sentirse así. Gracias a ello, estaremos promoviendo que los niños desarrollen la toma de decisiones y la iniciativa, cualidades sumamente importantes en la vida adulta.

Países como Alemania, Reino Unido o Suiza tienen vacaciones de verano de unas seis semanas. En España superan las 11. ¿Es un factor este relevante a la hora de formarse un niño en el colegio?
Es muy complejo realizar una comparación sobre las vacaciones de verano en los diferentes países de Europa. Habría que valorar no solo las semanas de vacaciones de verano, sino también los días de vacaciones en otros periodos festivos como las vacaciones de Navidad, Pascua o Carnaval. Por ejemplo, en Alemania las vacaciones de carnaval duran hasta dos semanas; en Reino Unido, cada calendario varía en función del condado o incluso de la tipología del colegio (si es público o privado) y, en Suiza, el calendario establece una semana de descanso cada dos meses.

Además, para ser más precisos, se debería profundizar también en la duración en minutos de las clases y el descanso entre ellas. En Finlandia, las clases tienen una duración de tres cuartos de hora y 15 de descanso, mientras que en España las clases duran más y los descansos duran menos.