José Luis García: "El poder adictivo del porno es superior a otras drogas"
José Luis García: "El poder adictivo del porno es superior a otras drogas"
El pasado domingo 14 de enero el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, alertaba en una entrevista concedida a “El País” de una “auténtica epidemia de menores que tienen acceso a contenidos pornográficos. Uno de cada cuatro jóvenes de menos de 12 años ha tenido o tiene acceso y consume porno”. En el reportaje se añadía un dato más: casi la mitad de los jóvenes de menos de 15 años lo consumen.
Y es precisamente este tema el que ha analizado en el curso que ha organizado el Colegio de Psicología de Navarra, con la participación del doctor en Psicología y sexólogo José Luis García. Hemos hablado con él para nos dé su opinión sobre este tema y nos explique cuáles han sido los objetivos del Taller para psicólogos/as sobre sexualidad y pornografía que se ha celebrado en Pamplona los días 2 y 3 de febrero.
¿Existe el porno sano?
Desde el origen de la especie humana el interés por el deseo sexual ha sido una constante porque la supervivencia de la especie depende de él. En todos los tiempos y culturas ha habido representaciones sexuales que han evolucionado según la tecnología. Lo que ocurre en la actualidad es radicalmente diferente a lo anterior, ya que predomina el porno violento, cuyo consumo gratis y generalizado, cuando es precoz y abusivo, sabemos que tiene efectos adversos en la salud.
¿Cuándo se considera que el porno es violento?
En mi opinión como criterio general: que incorpore algún tipo de violencia. La violencia y la sexualidad son incompatibles. La violencia sexual no es sexualidad, es violencia. Una vida sexual saludable no necesita violencia. Es demasiado arriesgado que se proponga como modelo de relaciones sexuales a nuestros menores que es lo que está ocurriendo en la actualidad. El dolor y el sufrimiento infringido a una persona están lejos de una vivencia saludable. La pornografía violenta puede alterar la capacidad de empatía y compasión de las personas.
¿A partir de qué edad los menores acceden al porno?
Hay estudios que sugieren que algunos chicos se inician a los 5 ó 6 años. A los 8 una buena parte ya lo hacen y a los 16 la inmensa mayoría. Cualquier niño, sea de la edad que sea, con un móvil de acceso a Internet se topará más temprano que tarde con el porno violento. Lo busque o no, el porno le buscará a él. Y lo acaba encontrando, en los vídeo juegos, las RRSS, las canciones…
¿Los padres están preparados para hablar sobre porno con sus hijos?
No. Es dramático. Tienen que conversar y ofrecer informaciones, valores y habilidades sobre el consumo de pornografía, pero también de placer sexual, conductas sexuales con los hijos/as desde muy pronto y la gran mayoría no se atreven. Pero dado que el porno violento es un referente educativo muy importante, esta generación de padres y madres va a ser la primera en la historia que tiene que decidir quién educa a sus hijos: el porno violento o ellos. Ya no hay otras opciones. Estamos hablando del futuro sexual afectivo y emocional de toda una generación.
¿Qué pueden hacer más los centros escolares para hablar sobre sexualidad y pornografía con los adolescentes?
Formar sistemáticamente, por profesionales cualificados en este tema, al profesorado, circunstancia que, a mi juicio, no se hace. Muchos se desentienden y lanzan la pelota a la familia… así andamos desde hace muchos años. Nadie quiere meterse en este jardín.
¿Cuáles son los principales problemas que se genera en los jóvenes por el consumo de pornografía violenta?
La adicción, alteraciones cerebrales, consumo de prostitución problemas de pareja, incremento ITS y embarazos no deseados, por ejemplo, pero también una visión profundamente negativa de la sexualidad, misógina, de justificación de la violencia sexual…Me preocupa la alteración de la empatía y la compasión que parece producirse.
¿Existe una relación entre el consumo de porno y las agresiones sexuales entre los jóvenes?
No hay, todavía, una relación directa, pero creo que es un factor determinante, en ausencia de una educación sexual profesional y científica, no ideológica, que predomina en determinados ámbitos. En mi opinión la pornografía violenta es el manual de instrucciones 3.0 de las primeras relaciones sexuales de nuestros menores y jóvenes.
¿Sería posible impedir el acceso al porno a través de la tecnología?
Es probable que se consiga, pero eso no resuelve el problema. Mira lo que pasa con el alcohol, las drogas o el tabaco, pues el porno es mucho peor. Mientras no haya una educación sexual científica obligatoria desde primaria a la Universidad poco avanzaremos. El porno violento solo desaparecerá cuando deje de consumirse, nunca antes. Ese es el objetivo y la educación es el único camino. Las prohibiciones no funcionan.
¿En qué momento un joven que consume pornografía necesita ayuda psicológica?
Antes de consumirla debería tener una visión radicalmente diferente a lo que va a ver. Cuando ya la consume debería hablar con alguien experto, porque el poder adictivo del porno es superior a otras drogas.
¿La formación que reciben los estudiantes de psicología y los psicólogos en este tema puede mejorarse?
Claro, ese es el objetivo de este curso. Lamentablemente, la Psicología se ha desentendido de este tipo de contenidos, a pesar de que el perfil del psicólogo es el más adecuado tanto en la prevención de los efectos del consumo, como en la terapia cuando haya una exposición abusiva.